Mi mamá es mi lectora más fiel y fan número uno de Miscelánea Moderna. Es algo recíproco porque yo también soy su fan número uno. La primera carta que escribí en mi vida fue para ella (no tengo pruebas, pero tampoco dudas) y seguramente la última carta que escriba también será para ella. Hoy, en las vísperas de su cumpleaños, le escribo una de esas muchas cartas entre la primera y la última.
Mimi,
Siempre me ha gustado escribirte cartas. También siempre me ha costado mucho trabajo empezarlas.
¿Cómo se empieza a escribir una carta para alguien que te ha amado y dado tanto?
¿Cómo puedo describir con palabras el agradecimiento y amor que intento devolver, pero que siento que jamás será suficiente?
Sé que para ti siempre será suficiente. Siempre seré suficiente para ti y entiendes que tú no siempre lo serás para mí. Aunque sí lo eres. No lo digo porque me aterra. Si digo que eres suficiente para mí, ¿qué voy a hacer cuando no estés aquí? Seguirás siendo suficiente, porque tal vez nunca te irás. ¿Verdad? Así como me acompañas ahora a la distancia, ¿te seguiré sintiendo cerca después de tu muerte? Tal vez por eso me has llenado de tanto amor durante toda mi vida. Para que la huella sea lo suficientemente profunda en mi corazón y no se borre por el resto de mi vida sin ti.
En fin, qué suerte tengo de tenerte aquí y que puedas leer esta carta en las vísperas de tu cumpleaños. Gracias por enseñarnos a celebrar las vísperas cumpleañeras en casa. No es común y me gusta. Así como las canciones que componías y nos cantabas a mis hermanos y a mí para levantarnos por la mañana. Cada uno tenía su canción original. Te veo bailando entrando a mi cuarto todavía oscuro. Nunca he sido buena para levantarme temprano y nunca me ha gustado levantarme con el sonido de una alarma. Pero no fue un problema porque me regalabas 5 o 10 minutos (dependiendo de qué tanto trabajo me costaba despertarme) de tu —muy ocupada— mañana para despertarme con bailes y canciones. La definición de empezar el día con el pie derecho.
Gracias por enseñarme a apreciar el canto de los pájaros y a disfrutar de las caminatas por la naturaleza. Gracias por tus abrazos y por guardar lo que pinté y dibujé de niña durante todos estos años. Gracias por llevarme a todas las clases de baile. Todavía me gusta bailar y pintar, y me siento como una niña otra vez cuando lo hago. Libre y feliz.
Cuando cierro los ojos pero aun así siento y veo la luz del sol a través de mis párpados, me acuerdo de ti. Me contaste que te gustaba hacerlo de niña mientras ibas en carretera. He aprendido tanto de ti. Eres increíble. Deberías ver cómo te ven los demás. Empezando por mi papá, mis hermanos, tus hermanos, pero también tus amigas y tus alumnos. Nos llenas de vida.
Nos vemos pronto para darnos todos los abrazos que nos debemos y cantarnos todas las canciones pendientes. ¿Nos sentamos en la terraza a tomar un té? Me encantaría. Disfruta mucho tu día y disfruta mucho tu vida. Gracias por enseñarme a disfrutar de mis días y mi vida.
Con todo mi amor,
Adrix
San Miguel Regla, 1996.
Estoy de acuerdo Adri. Tenemos la fortuna de haber coincidido tan estrechamente en nuestras vidas con una persona tan espectacular. Siempre de buenas, siempre optimista, siempre dedicada, siempre generosa, siempre dispuesta.
Gracias Flaca y felicidades
Me dejas sin
palabras... sólo conmovida hasta las lágrimas y con profundo agradecimiento.
Atte. La Mimí.